La comunicación corporativa ocupa hoy en día la parte central de toda la estrategia de la comunicación empresarial, independientemente del tamaño, sector o tipo de la compañía, y esto significa cualquier empresa, desde una taquería hasta una gran fábrica.
Tanto es así que, la comunicación comercial y publicidad cada vez se esfuerzan más por mostrar la organización detrás de la marca, las personas que la forman e incluso sus directivos.
Los diferentes públicos (no solo los consumidores), están más informados que nunca, y reclaman conocer qué hace y cómo actúa la empresa detrás de la marca con la que, no solo buscan productos y servicios de calidad, sino identificarse con ella.
Para ello la publicidad ha dejado de ser la única herramienta válida, dando paso a una nueva etapa más imaginativa: La comunicación integral, que significa el todo del todo de la compañia, desde la parte más pequeña hasta el producto o servicio final.
La comunicación corporativa por tanto, no se basa solo en tener en cuenta todos los públicos internos y externos de la empresa, sino el impacto de cada una de las partes de la empresa con todos y todas las que interactúan con ella.
La comunicación corporativa eficaz a través de las relaciones públicas y los diversos medios que implementan las empresas, tienen por objetivo que los propios públicos sean los que ejerzan de embajadores de la compañía. Los propios empleados, consumidores u organismos públicos contribuyan a construir esa imagen de una empresa responsable y líder en el sector, y la recomienden entre ellos.
El convertir dicha oportunidad en fortaleza, pasa por la adopción de dicha metodología dentro de la comunicación corporativa.
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