En la era digital, donde la información viaja a la velocidad de un tuit y cualquier persona con un celular puede reportar un hecho en tiempo real, surge una pregunta inevitable: ¿Cualquiera puede hacer periodismo? A primera vista, podría parecer que sí. Basta con abrir una cuenta en redes sociales, tener una opinión fuerte y compartir noticias (o lo que parezca noticia). Pero, ¿hacer periodismo es sólo eso?
La ilusión de la democratización
Las nuevas tecnologías han permitido que cualquier persona tenga acceso a herramientas de comunicación masiva. Esto es positivo: ha dado voz a quienes antes no la tenían y ha permitido que se conozcan historias que de otra manera quedarían en el olvido. Sin embargo, también ha generado un problema enorme: la desinformación.
El periodismo no es sólo compartir información; es investigar, contrastar fuentes, contextualizar los hechos y presentarlos de manera clara y responsable. Y aquí es donde muchos "periodistas espontáneos" fallan: reproducen información sin verificar, amplifican rumores y, en el peor de los casos, crean noticias falsas con intereses particulares.
La responsabilidad del periodista
Ser periodista no es sólo tener acceso a una plataforma, sino ejercer una responsabilidad social. Un buen periodista no sólo busca contar lo que pasa, sino entender por qué pasa, quiénes están detrás, cómo afecta a la sociedad y qué implicaciones tiene. Hacer periodismo requiere método, rigor y ética.
En un mundo saturado de "noticias" sin contexto, los periodistas profesionales son más necesarios que nunca. Son ellos quienes pueden ayudar a filtrar la información relevante de la irrelevante, lo cierto de lo falso, la opinión de los hechos.
La delgada línea entre comunicar y desinformar
El problema con la idea de que "cualquiera puede hacer periodismo" es que equipara la libertad de expresión con la práctica periodística. Todos tenemos derecho a opinar y compartir información, pero eso no significa que todos estemos capacitados para hacerlo con rigor. La opinión es libre, pero los hechos son sagrados. Un periodista no puede darse el lujo de publicar algo sólo porque "lo vio en Facebook".
Entonces, ¿podemos hacer periodismo sin ser periodistas?
Sí y no. Podemos reportar lo que vemos, compartir experiencias, denunciar injusticias. Pero para hacer verdadero periodismo se necesita más que buena voluntad: se requiere formación, criterio, ética y una pasión por la verdad. Sin eso, sólo somos mensajeros de información sin filtro.
Hoy más que nunca, es fundamental valorar el periodismo de calidad. No sólo como consumidores de noticias, sino como ciudadanos responsables. Porque si cualquiera puede hacer "periodismo", cualquiera puede también manipularnos. Y eso, en tiempos de sobreinformación, es un riesgo que no podemos permitirnos.
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